CEPYME valora positivamente las nuevas medidas de estímulo a la economía, aunque se mantienen ciertas dudas sobre una pronta normalización del crédito bancario

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), organización a la que pertenece la CREEX, ha valorado positivamente las medidas de impulso al crecimiento económico aprobadas el viernes por el Consejo de Ministros, que ratifican el compromiso del Gobierno con las reformas comprometidas y que forman parte de las iniciativas imprescindibles para que se cumplan las previsiones macroeconómicas de incremento del PIB en 2014 y 2015.

 

Además del reclamo de una mayor confianza en la economía de España, con el compromiso de reducir la emisión de deuda en este mismo año y el adelanto de la devolución de las ayudas recibidas, CEPYME quiere valorar también la mayor disposición a garantizar la coordinación de todas las administraciones implicadas, en función de sus competencias, lo que debería traducirse en un mejor aprovechamiento de los recursos públicos y una mayor efectividad de las medidas aprobadas.

Aunque se trata de alrededor de 40 iniciativas muy diversas y de un impacto previsible dispar, CEPYME considera que van en una buena dirección, tratando de superar algunas de las dificultades actuales más graves —como es el acceso al crédito— e incentivando la actividad económica. Entre las medidas concretas aprobadas hoy cabe valorar muy especialmente la importante reducción de las comisiones bancarias aplicadas a las compras con tarjeta, que supone una disminución por encima del 50%. Una iniciativa con la que el Gobierno responde positivamente a una insistente reclamación del comercio, que permitirá mejorar la rentabilidad y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas del sector.

En cuanto a las medidas orientadas a la apertura del crédito para las empresas, en términos generales deben valorarse positivamente, en la línea de la nueva política de estímulos anunciada este jueves por el BCE. En todo caso, habrá que esperar a conocer su impacto real en un plazo de tres o cuatro meses, ya que una mayor disposición de liquidez por parte del sistema financiero contribuirá seguramente a la mejora de la situación actual, pero no garantiza la normalización del crédito. Será preciso, además, que se modifiquen tanto los criterios de exigencia de garantías como el tipo de interés aplicado a las operaciones de las pymes y de los autónomos.