El Real Decreto-ley 3/2016, del pasado 2 de diciembre, introdujo una medida que ha pasado desapercibida para muchas empresas y autónomos: a partir del 1 de enero de 2017 no podrá aplazarse el IVA a ingresar. La medida es de una repercusión incomparable para la mayor parte de las empresas de nuestro país, pues gran parte de ellas pagan de manera fraccionada.