En el mes de junio la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) ha sido del 0,1%, tres décimas superior a la del mes de mayo. A su vez, la inflación subyacente se incrementa una décima hasta el 0,6% en términos interanuales con una variación mensual en el mes de junio ha sido del 0,3%.
La inflación, aunque ha pasado a registrar tasas positivas, sigue siendo prácticamente nula a pesar de que muchos de sus componentes ya muestran un mayor dinamismo. Ello se debe a que los productos energéticos, especialmente los derivados del petróleo, continúan tirando de la inflación a la baja. La inflación general sin productos energéticos sería del 0,8%.
El Índice de Precios de Consumo Armonizado también aumenta tres décimas y sitúa su tasa anual en el 0,0%. España acumula más de veinte meses consecutivos con una inflación por debajo del promedio de la Unión Monetaria (indicador adelantado de 0,2% en junio), prolongando la ganancia de competitividad-precio con la Zona Euro. No obstante, este diferencial se ha recortado notablemente en junio y es posible que se anule en los próximos meses.
Las previsiones de CEOE, organización a la que pertenece la CREEX, apuntan una variación de los precios negativa para el conjunto del año 2015, en torno al -0,2%. No obstante, la variación de los precios va a seguir muy condicionada por la evolución de los precios del petróleo. Se prevén, por tanto, tasas negativas en el IPC en la mayor parte del año, que se irán suavizando a medida que se estabilicen los precios del crudo, pudiendo volver a crecimientos positivos de la inflación en los últimos meses del año, para finalizar en diciembre en torno al 1%.
Dado que la inflación en Europa también está siendo muy baja, conviene recordar que cualquier deterioro de la competitividad supondrá una limitación para la recuperación de la economía española.