La economía española aumentó la velocidad de crucero en el segundo trimestre del año con un crecimiento del 1%, lo que supone una décima más que el 0,9% registrado entre enero y marzo. Además, hay que remontarse hasta antes de la crisis, en concreto al primer trimestre del 2007, para encontrar un incremento en tasa intertrimestral igual, según datos del INE. Con este avance la tasa anual se sitúa en el 3,1%, cuatro décimas más que en el trimestre anterior.
Con la subida del 1% la economía española acumula ya ocho trimestres de crecimiento consecutivos. En concreto, el último dato negativo se produjo en el segundo trimestre de 2013 (-0,1). Desde entonces el PIB ha logrado un gradual, pero constante incremento hasta llegar a alcanzar ritmos de crecimiento previos a la crisis. Es cierto que factores externos como el abaratamiento del barril de petróleo o la política monetaria del BCE han contribuido de forma importante a este impulso.
Aunque Estadística no desglosa los distintos componentes del PIB, es evidente que el empuje de la demanda interna se ha mantenido, como muestran los datos de consumo. Así lo atestigua también el último boletín del Banco de España. Pero el sector exterior ha debido contribuir de forma más intensa que en el trimestre anterior, como demuestra el aumento de las exportaciones en ese periodo ayudado por la depreciación del euro y la baja inflación en España, por debajo de la media comunitaria.
Sin embargo, el mismo Banco de España estimó es su informe que el ritmo de crecimiento de la economía podría sufrir una “cierta contención” en el segundo semestre del año. También señaló como elementos de riesgo la inestabilidad en la zona euro por la situación de Grecia –algo que parece más encauzado tras la petición del tercer rescate del país heleno- y otras turbulencias internacionales como China.
La previsión del Gobierno es que el PIB de 2015 sea del 3,3% frente al 1,4% que se registró en 2014. De producirse esa proyección sería el mayor incremento de la economía española desde 2007 (3,8%). En cualquier caso, otros organismos no son tan optimistas. Así, el FMI estima un crecimiento de España algo más moderado del 3,1% y la Comisión Europea aún lo rebaja al 2,8%. En todos esos casos la economía española crecería el doble de la media de la UE.