El crecimiento de la economía española en 2016 se situará, en términos interanuales, en el 3%, cifra ligeramente inferior a la de 2015 debido a un cierto agotamiento de la inversión y al final del gasto público ligado a las elecciones, según se desprende del informe de coyuntura económica del Instituto de Estudios Económicos (IEE), titulado “España en la encrucijada: la disciplina fiscal es innegociable”, y que ha sido presentado por el presidente de esta institución José Luis Feito.
El Informe recuerda, no obstante, que existen importantes riesgos que afectan a la economía mundial derivados de la posibilidad de un debilitamiento mayor de lo esperado tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes, o de un resurgimiento de las tensiones en los mercados financieros, cuya materialización podría reducir nuestro crecimiento por debajo de la mencionada cifra. Entre los factores de preocupación, señala la posibilidad de la salida del Reino Unido de la UE, de fracaso de las negociaciones con Estados Unidos sobre el TTIP o los reiterados incumplimientos consentidos de las reglas de déficit público que pueden terminar por poner en duda el compromiso con la sostenibilidad fiscal y la futura capacidad de pago de la deuda.
Para 2017, el IEE destaca que el resultado será muy incierto, ya que la evolución de la economía española estará condicionada por la política económica que ponga en práctica el próximo Gobierno. En un contexto de políticas orientadas a la consolidación presupuestaria, así como de profundización en las reformas más importantes, el crecimiento del PIB podría incluso mantenerse en el 3% impulsado por la mejora de las perspectivas empresariales y el aumento de la confianza de los inversores tanto nacionales como extranjeros.
Por el contrario, la puesta en práctica de medidas que puedan poner en duda la solvencia de nuestra economía, o que supongan la reversión de reformas como la laboral o la de las pensiones, así como el incremento de impuestos, tasas o cargas que gravan la actividad económica, la elevación de los salarios por encima de lo que determinan los mecanismos de funcionamiento del mercado o la reintroducción de restricciones a la libertad empresarial —por ejemplo, limitaciones a la apertura y horarios de los centros comerciales—, ejercerían un efecto muy negativo sobre las decisiones de inversión, tanto nacional como extranjera, y una paralización de la creación de empleo.
Bajo estas políticas, el crecimiento el año próximo no superaría el 1,7%, con un preocupante escenario, además, de cara a los años posteriores en lo que se refiere, entre otras cosas, a la capacidad de pago de nuestra deuda.
El presidente del Instituto de Estudios Económicos, José Luis Feito, presentó el informe semestral de coyuntura económica, y elaborado por el Servicio de Estudios del IEE a partir de las conclusiones obtenidas en una reunión celebrada el pasado día 17 de mayo, en la que participaron destacados economistas del sector privado y de la Universidad.