La Confederación Española de Organizaciones Empresariales celebró ayer lunes su Asamblea General Ordinaria, que fue clausurada por el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a la que asistió el Secretario General de COEBA. Durante el acto, se abordó la situación y perspectivas de la economía española y se analizaron las principales cuestiones en el actual contexto de crisis económica.
Así y en el desarrollo de la misma, el Presidente de CEOE, Juan Rosell manifestó que “a pesar de los avances realizados en los últimos meses, el Gobierno no debe relajar su compromiso con la agenda de reformas estructurales”. Rosell añadió que la opinión de CEOE es que “aún quedan un gran número de actuaciones para flexibilizar y modernizar la estructura económica española”. No obstante, matizó que los empresarios saben que “la salida de la crisis que atraviesa España y la propia Zona Euro exige redoblar la apuesta por Europa”.
Aseguró que los empresarios valoran al Gobierno por su acción en el Eurogrupo, cuyo resultado es el reciente acuerdo político por el que se concede a España una línea de crédito de hasta 100 mil millones de euros, destinados a ayudar a entidades financieras con problemas. “Desgraciadamente –dijo el presidente de CEOE–, esta decisión sin precedentes no ha aliviado los ataques de los mercados”.
Desde el punto de vista empresarial, la reacción de los mercados se debe a dos circunstancias. Por un lado, a “la complejidad y la lentitud a la hora de adoptar decisiones en nuestras Instituciones europeas”. Y la segunda circunstancia, según Juan Rosell, es “la indefinición sobre cómo se va a articular en la práctica el mencionado acuerdo político y, concretamente, las condiciones y la letra pequeña del memorándum”. Subrayó también que “clarificar la complicada estructura de mando y responsabilidad en Europa es urgente y necesaria”.
En este sentido, se refirió a la declaración adoptada en la reunión del Consejo de Presidentes de la patronal europea, BUSINESSEUROPE, por CEOE y el resto de organizaciones empresariales europeas y que se centra en las políticas necesarias para generar más crecimiento y empleo en la Unión Europea. “En nuestra opinión –indicó Rosell–, el momento actual exige la determinación y el liderazgo de los políticos para convencer a los mercados financieros de que Europa está unida y comprometida a salvaguardar el euro”.
A su juicio, “este debería ser el mensaje político unánime que debería salir del próximo Consejo Europeo”, un mensaje que para los empresarios debe plasmarse en una hoja de ruta clara, que fije como objetivos “una unión bancaria, que mejoraría el funcionamiento del sector bancario europeo a través de una supervisión a nivel comunitario y un fondo de garantía de depósitos común” y “una unión fiscal, que implicaría la creación de una autoridad que pueda realizar orientaciones fiscales en la Zona Euro y el establecimiento, en última instancia, de los Eurobonos u otra alternativa de mutualización de la deuda soberana europea”.
El presidente de CEOE se refirió también a las iniciativas emprendidas por el Gobierno, como la reforma laboral, de la que dijo que “es un buen paso que habrá que mejorar” y criticó otras como la subida del IRPF y la desaparición de buena parte de las bonificaciones del Impuesto de Sociedades, aunque matizó en este punto que los empresarios quieren dar un voto de confianza al Gobierno en tipos tan complicados. Manifestó también que los empresarios creen imprescindible la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la reestructuración del sistema financiero, y que aún quedan por abordar iniciativas como la Ley de Unidad de Mercado, “el redimensionamiento” del sector público, la agilización del sistema judicial, la reforma de la educación, el diseño de un modelo energético estable y competitivo y la Ley de Emprendedores, entre otras. A este respecto, añadió que este país sin nuevos y jóvenes empresarios tendrá más dificultades en el futuro.
Explicó las principales debilidades de la economía española, así como sus fortalezas y entre estas últimas apuntó algunas como las empresas españolas en el exterior, las exportaciones de bienes y servicios, el crecimiento de la productividad laboral, el descenso de los costes laborales unitarios y una recuperación de parte de la competitividad perdida.
Por otra parte, indicó que "es imprescindible reconstruir desde la verdad y la racionalidad el actual déficit ético en que nos movemos.Hemos de regenerarnos todos, asumiendo compromisos y responsabilidades según nuestro nivel de posibilidades. No es un ejercicio individual sino colectivo, pero, sin duda alguna, va a ser una buena inversión de futuro”.
Por último, hizo un llamamiento para “desterrar ese pesimismo negativo que nos invade y, a través de trabajo y esfuerzo, tener confianza en el futuro. Los empresarios lo estamos haciendo y vamos a seguir intentándolo”.