En su último informe de coyuntura correspondiente al mes de octubre, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), organización en la que está integrada COEBA, anticipa un descenso en el PIB español debido a la contracción de la demanda interna y la desaceleración de las exportaciones. Sobre el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales para 2013, valora positivamente el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de los objetivos de déficit público, pero no comparte plenamente la estrategia de política fiscal y presupuestaria, ya que apenas modifica el impacto negativo que algunas partidas presupuestarias tienen sobre la actividad empresarial.
El informe de CEOE de octubre destaca las nuevas previsiones del FMI, en las que recoge una caída del PIB para nuestro país del -1,3% para 2013 (-1,6% es la previsión de CEOE), frente al -1,5% de 2012. En general, esta organización internacional ha revisado a la baja las perspectivas para 2013 y, en particular, para la economía de la Eurozona, que sigue siendo el principal foco de incertidumbre mundial. Así, tras la recesión leve de 2012 que sufrirá esta área, la recuperación será muy lenta en 2013, con un crecimiento de tan sólo el 0,2%. Para EE.UU. prevé un avance del 2,1%, siendo la economía avanzada más dinámica de 2013, junto con Canadá.
Estas previsiones se basan en dos supuestos. El primero, que las autoridades europeas adoptarán políticas que seguirán suavizando las condiciones financieras en las economías de la periferia, al tiempo que avanzan hacia la unión bancaria y la integración fiscal. El segundo, que las autoridades estadounidenses impiden “el precipicio fiscal”, que elevan el tope de la deuda federal de Estados Unidos, y logran avanzar hacia un plan para restablecer la sostenibilidad fiscal en el medio plazo.
En lo que respecta a la economía española, el mercado laboral y la inflación han mostrado un comportamiento bastante desfavorable en el tercer trimestre de este año. Según las estadísticas de afiliados a la Seguridad Social, el tercer trimestre se ha saldado con una notable pérdida de empleo con respecto al segundo, y, además, en términos interanuales se acentúa esta tendencia de destrucción de puestos de trabajo. En cuanto al paro registrado, cabe señalar que tras los efectos estacionales favorables típicos del verano, el desempleo ha retomado la senda ascendente, volviendo a superar los 4,7 millones de parados registrados en septiembre.
Por su parte, la inflación ha situado la tasa interanual en septiembre en el 3,4%, la más elevada desde el inicio de 2011, y supone una notable aceleración desde una media del 2% en el primer semestre. El fuerte repunte de la inflación, muy superior a lo previsto, ha obedecido a la subida del IVA, pero también al efecto imprevisto del cambio en la financiación de los medicamentos en el mes de julio, y al fuerte incremento de la factura energética. Con esta evolución, es previsible que la inflación a final del año se sitúe en el entorno del 3%.
Mercado de trabajo
El mercado laboral ha cerrado el tercer trimestre con un nuevo deterioro, según las estadísticas de afiliados a la Seguridad Social y del paro registrado. La fuerte caída de los afiliados en este periodo anticipa una nueva destrucción de empleo, que con toda probabilidad será confirmada por la Encuesta de Población Activa, que se conocerá a finales de octubre. Mientras, el paro registrado, tras los tradicionales descensos de la temporada estival, ha vuelto a embarcarse en una espiral ascendente.
En septiembre, los afiliados a la Seguridad Social cayeron en 86.174 personas (-58.247 personas en términos desestacionalizados), lo que supone el retroceso más intenso en este mes desde 2008. Con este descenso, la cifra total de afiliados se sitúa en algo más de 16,8 millones de personas, lo que implica retroceder a los niveles existentes en febrero de 2004.
Mientras, el paro registrado subió en septiembre en 79.645 personas (+25.078 en términos desestacionalizados), cifra inferior al crecimiento registrado en este mes en 2011, aunque similar al de 2009.
De esta forma, el total de desempleados vuelve a superar la barrera de los 4,7 millones.
Entre junio y septiembre, el paro registrado aumentó en 90.000 personas, lo que contrasta con el mencionado descenso de 218.000 personas en la afiliación a la Seguridad Social. Entre las razones que podrían estar detrás de la elevada diferencia entre ambas cifras podrían estar el efecto desánimo, ante las dificultades para encontrar un empleo, o la emigración fuera de España en busca de otras oportunidades laborales.
Negociación colectiva
Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, hasta el 30 de septiembre de 2012 se han registrado 1.038 revisiones de convenios suscritos en años precedentes y 407 convenios nuevos, aplicables en total a 4.443.062 trabajadores (3.211.584 las revisiones y 1.231.478 los convenios nuevos), el 40,39% de los afectados por la negociación colectiva en 2012.
En el mismo período de 2011, según la misma fuente estadística, se habían registrado 1.781 revisiones y 364 convenios nuevos, aplicables en su conjunto a 5.122.099 trabajadores –el 46,56% de los afectados por la negociación colectiva en 2011-.
De esta forma queda patente la ralentización en el proceso de negociación, incluso comparando con los datos del año 2011 en el que la negociación no se desarrolló con normalidad con situaciones de estancamiento, como pone de manifiesto que a 30 de septiembre de 2012 sólo se encuentran registrados 3.904 convenios –nuevos y revisados- con inicio de efectos económicos en 2011, que afectan a 8.901.100 trabajadores.
Conflictividad laboral
Según el último Informe de conflictividad de CEOE, en septiembre de 2012 se iniciaron 133 huelgas y como consecuencia de ellas y de las iniciadas en meses anteriores que permanecieron abiertas en dicho mes se perdieron 1.498.960 horas de trabajo –el 0,06% de las horas de trabajo mensuales del conjunto de los trabajadores por cuenta ajena- en las que participaron 122.400 trabajadores.
Comparando estos datos con los del mismo mes del año anterior comprobamos que ha aumentado el número de huelgas (+70,51%), las horas de trabajo perdidas (+158,66%) y sobre todo los trabajadores que secundaron aquéllas (+467,61%). En dicho incremento ha incidido la huelga general del 26 de septiembre en País Vasco y Navarra, así como las que han tenido lugar a lo largo del mes en los transportes públicos de viajeros, en Madrid y Barcelona fundamentalmente, por los recortes salariales, y en RENFE, ADIF y FEDE por la liberalización del transporte de viajeros. Algunas de estas huelgas van a influir también en el crecimiento de los datos de la conflictividad estrictamente laboral, como veremos más adelante.
En los nueve primeros meses de 2012 tuvieron lugar 929 huelgas, en las que participaron 2.144.059 trabajadores y se perdieron 24.345.161 horas de trabajo.
Comparando con el mismo período de 2011 ha crecido el número de huelgas (+5,68%), las horas de trabajo perdidas (+122,84%) y especialmente los trabajadores que secundaron las huelgas (+295,53%). En el análisis de estos datos debe tenerse presente la huelga general de 29 de marzo de 2012 y la huelga general en el País Vasco y Navarra el 26 de septiembre de 2012.
Valoración de CEOE de los PGE-2013
- El PGE-2013 que ha presentado el Gobierno responde a la necesidad de ajustar el déficit público a los compromisos asumidos con Europa, a la vez que refleja un esfuerzo considerable de consolidación presupuestaria, habida cuenta de la recesión en la que se encuentra la economía española.
- CEOE valora positivamente el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de los objetivos de déficit público, pero no comparte plenamente la estrategia de política fiscal y presupuestaria, ya que apenas modifica el impacto negativo que algunas partidas presupuestarias tienen sobre la actividad empresarial. Se sigue aumentando la carga fiscal, sobre todo de las empresas, la austeridad del gasto se concentra en las partidas ligadas a la actividad productiva y no se introducen cambios esenciales en la gestión de los servicios públicos.
- Las subidas impositivas realizadas en los últimos años sólo pueden entenderse ante la urgente necesidad de cerrar el déficit público, única vía de garantizar la financiación de nuestra economía. No obstante, deben establecerse con carácter exclusivamente temporal. El objetivo principal de la política presupuestaria, cuando exista margen, debe ser revertir estas medidas.
- El aspecto más negativo de este presupuesto es el manifiesto incumplimiento de la reducción de un punto en las cotizaciones sociales para 2013, que había sido anunciado por el Presidente del Gobierno en el Parlamento y comunicado a Bruselas en la Estrategia Fiscal 2013-2014. Este era un elemento imprescindible para ganar competitividad y reducir los costes del factor trabajo, en línea con las recomendaciones del Consejo Europeo.
- En relación al cuadro macroeconómico, los PGE-2013 se basan en un entorno macroeconómico que avanza una senda de recuperación para la economía española muy intensa. Por tanto, esta previsión resulta demasiado optimista, dadas las políticas de ajuste y las condiciones financieras en las que se desenvuelve la economía española.
- En la política de gastos no se introducen medidas de carácter estructural ni de gestión de los servicios que vayan dirigidas a la reducción del gasto público. Llama la atención que se hayan aumentado las tasas en algunos servicios públicos para acercarlos a su coste real, pero estas medidas no se han visto acompañadas de reformas que mejoren la eficiencia y gestión de la prestación de dichos servicios.
- De nuevo, la austeridad del gasto se concentra en las políticas destinadas a la formación pública de capital físico y tecnológico. En los últimos años, se observa una tendencia a reducir el peso en el presupuesto de las políticas destinadas a la actividad productiva, que representaban el 13% del total del gasto consolidado en 2008 y suponen el 7,6% en 2013.
- En cuanto al presupuesto de ingresos, conviene señalar, en primer lugar, que durante 2012 se habría producido una desviación significativa de no ser por el incremento impositivo realizado en la segunda parte del año. Para 2013 se prevé un aumento de los ingresos no financieros del 2,6%, lo que genera razonables dudas teniendo en cuenta el optimismo del cuadro macroeconómico.