Ante la posible inclusión de la obligatoriedad de la RSE por medio de la Ley de Economía Sostenible, la CEOE defiende que la Responsabilidad Social Empresarial debe tener la premisa de la voluntariedad. "Estamos siendo testigos de otra cuestión que también nos preocupa por la RSE y por otros ámbitos, que es la profusión y dispersión legislativas que crean inseguridad jurídica. Estas competencias están transferidas a las Comunidades Autónomas. La CEOE tiene la obligación, por nuestra función de representación de los derechos empresariales, de denunciar aquellas cuestiones que pensamos que lastran la competitividad. Todo ello porque estamos convencidos de la utilidad de la RSE", ha añadido el secretario de Responsabilidad Social Empresarial de la CEOE Bernardo Aguilera.
Según ha explicado "partiendo de la base de que nosotros percibimos la RSE como un modelo de excelencia empresarial y como una manera de gestionar que aporta un valor añadido, que refuerza la competitividad de la empresa y que gestiona la ética; al no estar los temas suficientemente delimitados, se genera desconfianza e incertidumbre. Entonces, las empresas lo ven más como un lastre que como un punto de apoyo. O sea, al final, por querer avanzar, está teniendo un efecto boomerang. Por tanto, para nosotros, el objetivo sería identificar vínculos claros entre la RSE y la posición de la empresa en el mercado".
La CEOE apuesta, por lo tanto, por un Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial útil y que cumpla su función, pero "creemos que actualmente está sobredimensionado y que se debería racionalizar", según explica Aguilera, ya que, a pesar de que el CERSE se creó hace cuatro años, "todavía hay grupos de trabajo que no han llegado a ninguna conclusión debido, principalmente, a la heterogeneidad de sus componentes".