El 60% de las pequeñas y medianas empresas españolas (1-250 empleados) tenían en junio pasado facturas pendientes de cobro en situación de mora (más de 60 días de retraso), un volumen de deuda que superaba el 10% de la cifra total de ventas para el 22% de las pymes, según se desprende de los datos que ofrece el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial, editado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), organización a la que pertenece la CREEX, y la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa (DGIPYME).
El acto de presentación del nuevo Boletín, que se ha celebró ayer en la sede de CEPYME, ha estado a cargo del secretario general de la Confederación, José Alberto González-Ruiz y del director asociado de AFI Consultores, José Antonio Herce.
El Boletín de Morosidad y Financiación Empresarialofrece los datos de evolución del comportamiento de pagos entre empresas (pymes) en el primer trimestre de 2014 y su comparación en relación con los trimestres y ejercicios anteriores, así como el resultado de un sondeo realizado entre las pymes sobre el impacto de la morosidad en sus cuentas, las perspectivas empresariales que presenta ejercicio 2014, las fuentes de financiación de las pymes y los factores a los que se deben enfrentar para alcanzar los objetivos de competitividad y ventas.
En un contexto de mayor dinamismo económico, que ha mejorado notablemente las perspectivas empresariales para el ejercicio, durante el primer trimestre de 2014 se ha registrado un ligero repunte de la morosidad en las relaciones comerciales entre empresas, aunque las previsiones para este año apuntan una cierta mejoría o, al menos, la estabilización de la deuda comercial en situación de mora.
En todo caso, sí cabe destacar las expectativas de impago, ya que el 24% de las pymes consideran que no van a cobrar el 10% o más del importe total de las facturas pendientes. Un porcentaje de empresas que se eleva al 41% de las pymes del sector de la construcción.
El coste financiero de la morosidad entre empresas se mantiene prácticamente estable. De un volumen de crédito comercial de 307.621 millones de euros, ligeramente inferior al del cuarto trimestre de 2013, el coste financiero total asciende a casi 1.612 millones, de los que algo más de 1.000 millones (el 63%) corresponde al volumen del crédito entre empresas en situación de mora. Preocupan las altas cotizaciones sociales y el IVA. La mayoría de las pymes considera que el alto coste de las cotizaciones sociales y de los tipos del IVA tienen un impacto muy negativo para la competitividad de las empresas, con efectos directos en la capacidad de liquidez.
Alrededor de un 64% de las pymes encuestadas asegura que lo más importante para aumentar su liquidez y su actividad sería reducir el coste de las cotizaciones sociales (64,2%) y los tipos del IVA (63,6%), mientras que el 47,2% dan también una importancia similar a la rebaja del IRPF y a una reducción del tipo nominal del Impuesto de Sociedades.
Además, aunque a gran distancia de los porcentajes anteriores, el 28,3% de las pymes encuestadas considera que lo más importante sería reducir el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Se mantiene la sequía del crédito, pero aumenta su coste. En relación con las fuentes de financiación de las pymes, los empresarios reflejan las dificultades que siguen encontrando para acceder al crédito bancario, por lo que ha aumentado ligeramente la afluencia a algunas de las fuentes alternativas de financiación.
La prolongada sequía del crédito bancario ha provocado una cierta renuncia generalizada de las pymes a gestionar nuevos recursos ante las entidades bancarias, a las que sólo se dirigen ya el 26% de las empresas de reducida dimensión, según datos correspondientes al primer semestre de 2014.