A falta de conocer la información detallada de los Presupuestos Generales del Estado de 2017 (PGE-2017), que se publicarán mañana , CEOE aboga por unas cuentas centradas en la reducción del gasto público y en el incremento de la eficiencia del sector público, mejorando su gestión con criterios de evaluación de dicho gasto público, así como sobre las competencias transferidas. Igualmente, se "han de asignar mayores partidas a inversiones productivas y a políticas generadoras de actividad, crecimiento y empleo”.
Asimismo, valora positivamente el compromiso del Gobierno con el cumplimiento de los objetivos de déficit público. Tras años de incumplimiento, el hecho de haber cerrado el ejercicio 2016 con un desequilibrio presupuestario algo por debajo del previsto "es un avance en el proceso de consolidación fiscal". "No obstante, hay que tener en cuenta que queda camino por recorrer hasta acercarnos al objetivo que marca la UE para iniciar la salida del procedimiento del déficit excesivo (por debajo del -3% del PIB)", señala CEOE.
Según la organización de empresarios, "es obvio que este cumplimiento es consecuencia del aumento del Impuesto sobre Sociedades y no a un mayor control del gasto público". "La previsión de déficit público para 2017 (-3,1% del PIB) parece algo ambiciosa, dada la desaceleración económica prevista para este año y el aumento de algunas partidas de gasto", destaca.
Los PGE-2017 se basan en un entorno macroeconómico que muestra una moderación en la senda de recuperación para la economía española, en línea con las estimaciones de CEOE. La previsión del Gobierno apunta a un aumento del PIB del 2,5% en 2017. Asimismo, las perspectivas del mercado laboral para 2017, con una creación de empleo de 506.000 personas en términos EPA, son coherentes, al igual que la caída de la tasa de paro hasta el 16,6%.
Según la CEOE, en un primer análisis y a falta de conocer la información detallada, se puede afirmar lo siguiente:
• Los PGE-2017 consolidan el cambio de orientación de la política presupuestaria de los últimos dos años, en donde se pone de manifiesto un sesgo expansivo en la vertiente de los gastos. El aumento del gasto social, junto con el incremento de la plantilla del sector público y del aumento del 1% de los salarios del personal del sector público, son una señal del fin del ajuste de la política presupuestaria. De hecho, el conjunto del gasto consolidado del Estado permanece al mismo nivel que el ejecutado en 2016.
• En cuanto al apartado de ingresos, se prevé alcanzar los 200.000 millones de euros de recaudación total, un aumento del 7,5% sobre los ingresos reales obtenidos en 2016, según la información recientemente publicada por la Agencia Tributaria. Esta tasa de crecimiento parece excesiva ya que es muy superior al incremento estimado del PIB, incluso teniendo en cuenta el efecto de los incrementos en el Impuesto sobre Sociedades realizados a finales de 2016.
• El nivel de recaudación tributaria alcanzaría, de cumplirse las previsiones, el obtenido en 2007, año que marcó los máximos históricos de recaudación. La obtención de dicha recaudación con niveles inferiores de actividad económica y empleo se ha conseguido mediante un incremento significativo de la presión fiscal y es prueba del enorme esfuerzo que los contribuyentes han tenido que realizar. En este sentido, las mejores cifras de recaudación deben ser aprovechadas para acometer adicionales bajadas de impuestos que afecten fundamentalmente al sector empresarial y favorezcan la inversión y creación de empleo, fortaleciendo y acelerando la recuperación económica. En concreto, y en cuanto a los ingresos en concepto de Impuesto sobre Sociedades, se recuperarán mediante el incremento de las bases imponibles motivada por el alza de beneficios empresariales, sin necesidad de modificar normativa del Impuesto para aumentar la recaudación.
• En los últimos años, las cifras reales de recaudación siempre se han quedado por debajo de la estimación del Gobierno. Es por ello que cualquier desviación a la baja que se produzca sobre las previsiones de recaudación debe ser compensada con reducciones de gasto y en ningún caso con subidas adicionales de impuestos, como ha sido habitual en los últimos ejercicios. En este ámbito cabe volver a subrayar la importancia de un marco fiscal estable y predecible, si España quiere ser un foco de atracción de inversión tanto nacional como extranjera.
• Todavía es pronto para valorar el anuncio de aumento del gasto para I+D+i (4%) y de las políticas activas de empleo.