En el seno de la Comisión de Formación de CEOE, se ha elaborado el citado Libro Blanco con planteamientos en línea de los países más desarrollados de Europa, teniendo como objetivo que la formación se convierta en un instrumento de mejora de la competitividad de las empresas y, por ende, de la economía española, así como de la productividad y de la cualificación de los trabajadores.
Entre otras líneas de actuación del modelo presentado ayer, se encuentra que el nuevo sistema debe ser desburocratizado y goce de flexibilidad, haciendo hincapié en la necesidad de que tenga carácter negocial, es decir que sea un sistema regulado pero en el entorno de la negociación colectiva, teniendo a la empresa como eje principal del mismo.
Los empresarios recuerdan que hay que reformar las actuales instituciones del sistema, que la cuota de Formación Profesional tiene carácter privado, que no debe utilizarse el mecanismo de la subvención para la distribución de los fondos, sino otros alternativos, así como que la reanualización anual de los fondos debe ser obligatoria y no potestativa. Además, según CEOE, la formación debe ser impartida por los centros y entidades de formación y ser considerada una actividad económica de servicios más.
El objetivo principal es dotar a las empresas españolas y a sus trabajadores del sistema de formación ágil, eficiente, seguro y de calidad que permita mejorar su competitividad y cualificación, respectivamente.