El próximo 18-N los extremeños se darán cita en Madrid para exigir un Tren Digno Ya. Sobran las razones, pero hay algunos datos generales que son incontestables. En los últimos 25 años, la red ferroviaria extremeña operativa se ha reducido un 20%, dejando a la región, por ejemplo, sin conexión con el norte de España. Toda esta red (725 kilómetros) es de vía única, sin electrificar y con numerosos tramos en tan mal estado que obligan a los trenes diésel a reducir su velocidad a 40-50 km/h. Por si fuera poco, es la única región que no cuenta con servicios de larga distancia, y los servicios de media distancia son cubiertos por trenes regionales que duplican los tiempos de viaje respecto a la carretera.
Hace justo 30 años se empezó a hablar de un tren de alta velocidad o altas prestaciones entre Lisboa y Madrid atravesando Extremadura. Hace 15 años, los gobiernos español y portugués llegaron a un acuerdo definitivo sobre el trazado. Hoy ese tren no existe y no se sabe cuándo podrá estar en uso al completo.
En Badajoz está en marcha una importante infraestructura que podría dar un gran impulso económico a toda la región. Se trata de la Plataforma Logística del Suroeste, enclavada en el centro del triángulo Lisboa-Madrid-Sevilla. Pero esta Plataforma solo tiene sentido con una buena conexión para mercancías entre Sines y Puertollano, donde se uniría al Corredor Atlántico Europeo. Además, si existiese una infraestructura adecuada, se conectaría al puerto de Huelva y a Sevilla. Cada día, miles de extremeños se desplazan a sus lugares de trabajo, pero no tienen más opción que la carretera, con mayor coste económico y ambiental y menor seguridad, porque no existe una oferta ferroviaria adecuada.
Extremadura es una región pujante en lo que se refiere al cada vez más demandado turismo de interior. Cuenta con atractivos patrimoniales, históricos, sociales, naturales y gastronómicos para convertirse en una potencia en este ámbito, pero falla, como no, un transporte cómodo y fiable para que los viajeros disfruten de sus encantos.
Por si fuera poco todo esto, el tren extremeño viene sufriendo innumerables averías e incidentes, con una media de un percance cada 11 horas, que ha dado imágenes tercermundistas de gente abandonada en mitad de la nada a 40º de temperatura. Al no existir duplicación de vía, cualquier incidente paraliza líneas completas, con el consiguiente efecto dominó.
A los extremeños se les ha agotado la paciencia, y partidos, sindicatos, empresarios, ayuntamientos, diputaciones, mancomunidades, colectivos sociales y miles de ciudadanos se han unido en una demanda común: Tren Digno Ya. Con plazos que se cumplan, con proyectos realizables y con la vista a medio plazo en un tren como el que disfruta el resto de españoles.