Extremadura, la comunidad autónoma con una peor competitividad fiscal

No solo tiene el peor Impuesto sobre el Patrimonio de todo el Estado, sino que también es el más gravoso del mundo. Las demás componentes [del índice], como el Impuesto sobre la Renta o el Impuesto sobre Sucesiones, también la sitúan entre las autonomías con peor puntuación». Este es el resumen que se hace en el informe Índice Autonómico de Competitividad Fiscal a la hora de explicar por qué la extremeña es considerada la comunidad autónoma española menos competitiva fiscalmente.
El estudio, elaborado por la Unión de Contribuyentes, analiza los 19 sistemas fiscales españoles (los de dieciséis comunidades autónomas y los de las tres haciendas vascas) y los ordena en una escala del cero al diez. La que más nota recibe es Vizcaya, con un 7,1, mientras que el ranking lo cierra Extremadura con un 4,72. «Las comunidades autónomas con un mejor sistema fiscal son las que más probabilidades tienen de atraer la implantación de actividad económica nueva, generando así crecimiento económico y empleo», se afirma en el estudio, que incide en la capacidad que tienen las diferencias tributarias entre territorios a la hora de retener a los residentes y atraer otros nuevos o, por el contrario, expulsarlos a las regiones colindantes si su oferta fiscal es más competitiva. De los seis componentes que el informe tiene en cuenta, cinco se corresponden con otros tantos impuestos a los que le otorga un diferente peso a la hora de calcular el índice general (por este orden: renta, patrimonio, sucesiones, transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, e hidrocarburos). El sexto hace referencia al conjunto de tributos propios que ha legislado cada comunidad autónoma haciendo uso de la capacidad que tiene para ello. «El índice es, por tanto, una imagen fiel de la política fiscal decidida por los diferentes gobiernos autónomos, y muestra si han sabido utilizar sus competencias en materia fiscal para dotarse de un régimen tributario sencillo y atractivo para residentes y empresas», se reflexiona en este trabajo. En el primero de los impuestos analizado, el de la renta, Extremadura ocupa la penúltima posición, por delante de Navarra. «Debido a la última reforma fiscal», se precisa, la comunidad foral es la «única que aplica una deducción por rentas de trabajo en la cuota y no como reducción del rendimiento neto, lo que al final se traduce en una desventaja fiscal importante para los trabajadores navarros frente al resto». Aquí la región sale especialmente malparada cuando se comparan los tramos y tipos impositivos en todos los segmentos considerados de renta, especialmente en las bajas y en las medias-altas. No obstante, a partir del 2018 está previsto rebajar en Extremadura un punto el primer tramo autonómico del IRPF (del 10,5% al 9,5%), algo que aún no puede tener en cuenta el informe. PATRIMONIO / Dentro del Impuesto sobre Patrimonio, la última posición es para Extremadura, una vez que «está aplicando uno de los tipos impositivos más elevados y con un mínimo exento por debajo de la media estatal». En relación a este segundo aspecto, se puntualiza que el mínimo de setecientos mil euros que recoge la norma estatal ha sido rebajado en algunas comunidades del régimen común, como Aragón (cuatrocientos mil euros), Cataluña y Extremadura (quinientos mil) y Navarra (550.000 euros), lo que hace de estos territorios los que «más castigan a la clase media». Del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones solo se contemplan las transmisiones mortis causa, «por la complejidad» que reviste la comparación interregional de este tributo, se aduce. La región queda aquí en el puesto 17, mejor solo que Andalucía y Aragón. También para este gravamen hay un cambio previsto a partir del año próximo, ya que la Junta bonificará la cuota al 99% para herencias de padres a hijos, hijos a padres y entre cónyuges. En el resto de tributos la región sube algunos puestos, aunque se mantiene siempre en la mitad baja de la tabla. Es lo que sucede en el de actos jurídicos documentados y transmisiones patrimoniales (puesto 13) y en los Impuestos Especiales sobre la Venta de Hidrocarburos (11). En este último, la región, si bien es una de los que ha decidido aplicar el tramo autonómico, ha optado por hacerlo en una cuantía inferior al máximo permitido. Por último, en cuanto a los impuestos propios, la peor valoración la recibe Cataluña, ya que cuenta con más del doble de exacciones de este tipo que cualquier otra comunidad autónoma, trece a día de hoy, más dos que entrarán en vigor el año que viene. Por debajo quedan Murcia y Andalucía, ambas regiones con seis. En el extremo contrario aparecen las tres diputaciones del País Vasco que no han establecido más impuestos propios. Extremadura, con cuatro tributos, figura en el puesto 11.

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