El IEE prevé un crecimiento de la economía española de 2,8% en 2018
La incertidumbre generada va a tener un impacto significativo sobre el crecimiento de 2018, fundamentalmente en la economía catalana, que crecerá cinco décimas menos de lo que lo habría hecho sin las tensiones soberanistas. Al conjunto de la economía española podría restarle dos décimas porcentuales de crecimiento en 2018, asegura el Instituto.
Según sus previsiones, el PIB podría crecer en 2017 alrededor del 3,3%. De cara a 2018, el clima de inseguridad provocará el retraso o la cancelación de decisiones de consumo, de inversión y de contratación de nuevos empleados. Así, en el escenario más probable, en el que, tras las elecciones, no se alcanzara una mayoría parlamentaria ni de los partidos independentistas ni de los partidos constitucionalistas, la previsión de crecimiento para 2018 se situaría en el 2,8%. Sin embargo, en el caso de que el bloque constitucionalista obtenga mayoría, la situación podría normalizarse y suponer un espaldarazo al crecimiento a través de una mejora en las expectativas y en la confianza de los agentes económicos.
En este escenario, tanto la economía de Cataluña como la del conjunto de España podrían crecer a una tasa del 3% en 2018 gracias al contexto internacional, que se está comportando mejor de lo esperado, con un incremento notable del comercio mundial. Por el contrario, si los partidos independentistas reeditan la mayoría parlamentaria, el crecimiento de la economía española y, sobre todo, el de la economía catalana serían muy inferiores a los previstos en este informe.
En términos de empleo, el IEE estima que el número de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo aumentará en unos 430.000 y la tasa de paro media anual descenderá hasta el 14,9% en 2018. Este año prevemos que cierre en el 17,1%. El crecimiento del empleo en 2017 será solo ligeramente inferior al año anterior, un 2,9%, equivalente a más de medio millón de empleos. Destaca la reducción del desempleo juvenil, cuya tasa se situó en el tercer trimestre en el 36% frente al 41,9% de un año antes, y ello pese al incremento de la tasa de actividad dentro de este grupo. Desde el máximo alcanzado en el primer trimestre de 2013 (56,9%, siendo el segundo país, en ese momento, solo por detrás de Grecia, con una tasa de desempleo juvenil más elevada), se ha reducido en más de 20 puntos porcentuales.
La tasa de inflación podría cerrar el año algo por encima del 1%, como consecuencia, fundamentalmente, de la reducción de la inflación en los productos energéticos, cuyo comportamiento ha sido muy volátil, indica el informe. En el conjunto del año la tasa general de inflación habrá registrado una media del 2%, frente al -0,2% del pasado ejercicio, y para 2018 se prevé una moderación hasta el 1,5%, siempre que el precio del petróleo se mantenga estable en torno al nivel actual.
Afirma que, en los últimos años, el euroescepticismo ha crecido entre los ciudadanos de casi todos los Estados miembros. En este contexto, es relevante recordar los enormes beneficios que ha traído consigo la Unión Europea: se ha logrado mitigar las divisiones que fueron tan dolorosamente expuestas en las dos guerras mundiales, es una de las áreas económicas más fuertes del mundo, y ha contribuido al libre comercio y a la eliminación de las barreras no arancelarias.
Por ello considera indispensable seguir instrumentando en los mercados de bienes y servicios, así como en el mercado de trabajo y en el sistema bancario, las reformas estructurales necesarias para elevar la competitividad de las empresas y la productividad de la economía en su conjunto. Las disfuncionalidades de los diferentes mercados, especialmente del laboral, tienen que ser solucionadas internamente en cada país. Uno de los grandes problemas es el creciente envejecimiento de la población, que pone en cuestión la sostenibilidad y la suficiencia de los sistemas de pensiones y de sanidad, subra el IEE.
En su opinión, es fundamental establecer políticas que fomenten e incrementen la tasa de actividad. Estima que es necesario aumentar la inversión en educación para hacer frente a los retos del futuro, entre los que se encuentra la mayor digitalización de la economía; realizar una fuerte inversión en las infraestructuras económicas, y seguir fortaleciendo las estructuras institucionales de la zona euro, cumpliendo con el pacto fiscal europeo y avanzando en el proceso de construcción y consolidación de la Unión Bancaria.