“Incrementar la recaudación aumentando los impuestos sobre las empresas es un error”. Esta es una de las principales conclusiones del informe “Tributación Empresarial” que ha publicado CEOE, en el que se hace un análisis exhaustivo de la recaudación tributaria y de la aportación que realizan las empresas. El documento destaca que la proporción de recaudación que en España procede de las compañías “es considerablemente superior a la media europea” y afirma que “la presión fiscal empresarial en España es alta en comparación con los países de nuestro entorno y debe bajar, no subir”.
Según la Confederación de Empresarios, elevar la carga que en el Impuesto sobre Sociedades soportan las compañías nacionales sin reducir su presión fiscal total mediante la reducción de otros tributos, como las cotizaciones sociales a cargo del empleador, “lastraría la competitividad de nuestras empresas, retraería la inversión nacional y extranjera y reduciría a medio plazo la tributación, consiguiendo un efecto contrario al deseado”.
El informe destaca que los ingresos públicos que aportan las empresas respecto al total es en España del 30,4%, mientras que la media de la Eurozona es del 26,2%. Además, con datos del informe “Paying Taxes” que el Banco Mundial y PwC elaboran anualmente, la Confederación detalla que “en España las empresas soportan una carga tributaria con un tipo real del 46,9% sobre beneficios, frente a una media de la Unión Europea del 40,9%”. Es decir, que incluyendo el efecto de todos los impuestos que inciden sobre las sociedades, la presión fiscal empresarial de España es seis puntos porcentuales superior a la media de la UE.
CEOE, tras analizar la evolución de los ingresos fiscales, destaca que “en España no existe un problema de recaudación tributaria”. De hecho, la recaudación de 2017 se sitúa prácticamente en los mismos niveles de 2007, máximo de la serie histórica.
La Confederación también explica que “el motivo de la lenta recuperación de la recaudación por Impuesto sobre Sociedades respecto a 2007 obedecería fundamentalmente a la bajada de beneficios empresariales durante la crisis”. Del total de 1,26 millones de empresas activas en 2007, el 53,59% presentaban bases imponibles negativas y el 46,41% bases imponibles positivas. En 2014, un 63,09% presentaban bases imponibles negativas y tan solo un 36,91% bases imponibles positivas. De la cifra de empresas activas previstas para 2017, alrededor de 1,13 millones, se prevé que alrededor de un 59% tengan bases imponibles negativas y un 41% bases imponibles positivas.
El documento también pone de manifiesto que las grandes empresas son las que más dinero recaudan en el impuesto que grava los beneficios empresariales. La recaudación en el Impuesto sobre Sociedades se concentra en las empresas cuya facturación supera los 100 millones de euros. De hecho, estas empresas aportaron en 2014, los últimos datos de recaudación consolidados, el 57,52% del Impuesto recaudado a pesar de que sólo son 2.090 empresas, un 0,002% del total.
Los empresarios creen que donde sí hay margen de mejora es en la lucha contra la economía sumergida, cuya reducción incrementaría en varios puntos la recaudación.
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