El empleo, en términos de EPA, podría crecer a un ritmo del 2,5% este año y del 2,3% en 2019, lo que supone que en estos dos años habrá 900.000 nuevos ocupaos, según destaca en el Informe trimestral de la economía española, que elabora el Servicio de Estudios del Departamento de Asuntos Económicos y Europeos de CEOE.
Al mismo tiempo, subraya que el número de parados continuará reduciéndose paulatinamente y podría situarse por debajo de los tres millones de personas en 2019. La tasa de paro también caerá desde el 17,2% de media anual en 2017 hasta el 15,1% en 2018 y el 13,1% en 2019.
CEOE prevé un crecimiento de la economía española del 2,8% para 2018, compatible con una desaceleración muy gradual que se prolongará en 2019, con lo que estima que la actividad se desacelere hasta el 2,6% el próximo año,
Con estas perspectivas, España continuará creciendo más que la media de la Eurozona y será el país que más crezca entre los principales países que comparten el euro.
La demanda interna continuará siendo el principal motor del crecimiento, aunque moderará su aportación positiva al PIB en 2018. La inversión en bienes de equipo será el componente más dinámico, debido a las condiciones financieras favorables, a las mejores perspectivas de crecimiento de la economía mundial y de las exportaciones. En cuanto a la inversión en construcción, tras el notable repunte en 2017, se espera cierta moderación en 2018, aunque seguirá creciendo de forma notable.
El consumo privado mantendrá su ritmo de crecimiento en 2018, en el entorno del 2,4%, apunta CEOE. En su opinión, la fortaleza de la creación de empleo y los bajos tipos de interés continúan impulsando el consumo, si bien el agotamiento del consumo embalsado tras la crisis y cierta recuperación de la tasa de ahorro harán que se desacelere ligeramente a lo largo del ejercicio y con mayor intensidad en 2019.
A su vez, el sector exterior continuará mostrando una aportación positiva al crecimiento del PIB en 2018. Las favorables expectativas para la economía mundial, incluyendo Europa, el principal socio comercial de España, harán que las exportaciones sigan avanzando a ritmos notables. No obstante, el avance de las importaciones también será significativo, por lo que la aportación del sector exterior será menor a la registrada en 2017, apunta el Informe trimestral de la economía española de CEOE.
En el mismo se indica que la inflación ha comenzado 2018 con tasas muy contenidas. La inflación subyacente continúa muy moderada e incluso ha descendido en los últimos meses hasta el 0,8%, mostrando la ausencia de presiones inflacionistas en el núcleo de la inflación. El precio del petróleo ha repuntado recientemente, aunque su efecto alcista ya no es tan acusado y, de mantenerse en los niveles actuales, la inflación seguiría en torno al 1% en 2018. De esta forma, la media anual sería el 1,1% en 2018, y del 1,2% en 2019.
El menor superávit del saldo de bienes y servicios hará que el saldo de la balanza por cuenta corriente, aunque se mantenga en positivo, disminuya ligeramente con respecto a 2017, con un superávit equivalente al 1,3% del PIB en 2018 y algo inferior en 2019.
Estas previsiones no están libres de unos riesgos que pueden provocar variaciones tanto al alza como a la baja y a los que es necesario presar atención.
Al mismo tiempo, subraya que el número de parados continuará reduciéndose paulatinamente y podría situarse por debajo de los tres millones de personas en 2019. La tasa de paro también caerá desde el 17,2% de media anual en 2017 hasta el 15,1% en 2018 y el 13,1% en 2019.
CEOE prevé un crecimiento de la economía española del 2,8% para 2018, compatible con una desaceleración muy gradual que se prolongará en 2019, con lo que estima que la actividad se desacelere hasta el 2,6% el próximo año,
Con estas perspectivas, España continuará creciendo más que la media de la Eurozona y será el país que más crezca entre los principales países que comparten el euro.
La demanda interna continuará siendo el principal motor del crecimiento, aunque moderará su aportación positiva al PIB en 2018. La inversión en bienes de equipo será el componente más dinámico, debido a las condiciones financieras favorables, a las mejores perspectivas de crecimiento de la economía mundial y de las exportaciones. En cuanto a la inversión en construcción, tras el notable repunte en 2017, se espera cierta moderación en 2018, aunque seguirá creciendo de forma notable.
El consumo privado mantendrá su ritmo de crecimiento en 2018, en el entorno del 2,4%, apunta CEOE. En su opinión, la fortaleza de la creación de empleo y los bajos tipos de interés continúan impulsando el consumo, si bien el agotamiento del consumo embalsado tras la crisis y cierta recuperación de la tasa de ahorro harán que se desacelere ligeramente a lo largo del ejercicio y con mayor intensidad en 2019.
A su vez, el sector exterior continuará mostrando una aportación positiva al crecimiento del PIB en 2018. Las favorables expectativas para la economía mundial, incluyendo Europa, el principal socio comercial de España, harán que las exportaciones sigan avanzando a ritmos notables. No obstante, el avance de las importaciones también será significativo, por lo que la aportación del sector exterior será menor a la registrada en 2017, apunta el Informe trimestral de la economía española de CEOE.
En el mismo se indica que la inflación ha comenzado 2018 con tasas muy contenidas. La inflación subyacente continúa muy moderada e incluso ha descendido en los últimos meses hasta el 0,8%, mostrando la ausencia de presiones inflacionistas en el núcleo de la inflación. El precio del petróleo ha repuntado recientemente, aunque su efecto alcista ya no es tan acusado y, de mantenerse en los niveles actuales, la inflación seguiría en torno al 1% en 2018. De esta forma, la media anual sería el 1,1% en 2018, y del 1,2% en 2019.
El menor superávit del saldo de bienes y servicios hará que el saldo de la balanza por cuenta corriente, aunque se mantenga en positivo, disminuya ligeramente con respecto a 2017, con un superávit equivalente al 1,3% del PIB en 2018 y algo inferior en 2019.
Estas previsiones no están libres de unos riesgos que pueden provocar variaciones tanto al alza como a la baja y a los que es necesario presar atención.