El tejido empresarial español se redujo sensiblemente durante la crisis, aunque ya comienzan a mostrarse los primeros síntomas de mejora. El número de empresas grandes y medianas es ya superior al que existía antes de la crisis, según los datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE) que elabora el Ministerio de Industria. No obstante, el número total de compañías en España aún es inferior al que existía en enero de 2007, meses antes de que comenzara la Gran Recesión en España y en el mundo.
Según los datos del DIRCE, en mayo de 2018, los últimos datos disponibles, el total de medianas empresas (las que tienen entre 50 y 249 empleados) es de 25.112, frente a las 25.020 que existían en enero de 2007. Es decir, que en el quinto mes del año se ha superado el número de empresas medianas que existía antes de la crisis, ya que en abril había 24.581 compañías de este tamaño. Concretamente hay 92 medianas empresas más.
En el caso de las grandes empresas, hay 236 más que antes de la crisis, algo importante porque a pesar de su reducido número generan un porcentaje elevado del empleo que existe en el país. Si en 2007 había 4.447 compañías de gran tamaño, ahora hay 4.683, 236 más que hace once años.
La gran asignatura pendiente
No obstante, la gran asignatura pendiente para que haya un tejido empresarial español sin reflejo de la crisis son las pequeñas empresas. Las empresas sin asalariados (que son mayoritariamente autónomos) ascienden 1,54 millones, frente a los 1,7 millones que había en 2007. Concretamente hay 158.530 empresas sin asalariados menos que antes de la crisis.
En el caso de las micropymes, ocurre algo parecido. Hay 1,15 millones de compañías que tienen entre uno y 9 asalariados, frente a las 1,42 menos que hace once años. Concretamente hay 279.468 compañías menos de este tipo. El número de pequeñas empresas también es inferior que antes de la crisis. Había 154.509 en mayo de 2018 frente a las 169.387 de enero de 2007.
Los empresarios insisten en que es necesario que haya flexibilidad, menos barreras para la creación de empresas y más incentivos, ya que haya más compañías y cada vez más grandes es la única forma de que se alcancen niveles de empleo y de paro similares a los de otros países desarrollados.
