Las empresas españolas son más optimistas que las del conjunto de la Unión Europea sobre la evolución de sus negocios el año que viene. Ese optimismo se refleja sobre todo en la previsión de exportaciones: las expectativas netas son 20 puntos porcentuales superiores a las de las compañías de la Unión Europea.
Son datos de la Encuesta de Perspectivas Empresariales 2019 que elabora Eurochambres, la asociación que agrupa a las Cámaras de Comercio europeas, y en la que han participado 45.000 empresarios de 26 países europeos, 3.073 de ellos españoles.
Los resultados generales de la encuesta reflejan que la confianza empresarial es favorable en todos los países participantes, con España por encima de la media de la UE y de países como Alemania, Italia, Países Bajos o Francia. Existen diferencias importantes entre las compañías más optimistas, las de Finlandia, y las más persimistas, las de Francia.
En esta línea, la Cámara de España prevé un avance del PIB más contenido el próximo año, con un crecimiento del 2,2%, 3 décimas porcentuales menos que en el presente ejercicio. Según indican las empresas, el crecimiento estaría basado en una menor aportación de la demanda nacional (ventas nacionales e inversión) mientras se mantiene el pulso del sector exterior con un saldo favorable de las exportaciones. En cuanto al empleo, son más las empresas que cuentan con realizar nuevas contrataciones que las que piensan reducir plantilla, con lo que la tasa de paro seguirá reduciéndose, manteniendo la creación de empleo.
Las principales preocupaciones
Los aspectos que generan incertidumbre entre los empresarios varían dependiendo de cada país, pero hay dos variables que coinciden en generar preocupación. El aumento de los costes laborales y la escasez de trabajadores cualificados son los dos factores más importantes a los que tendrán que hacer frente las empresas. Cuestiones como los tipos de cambio o el Brexit, que movilizan a la opinión pública y los medios de comunicación, son menos relevantes para el sector empresarial. Esto es así de forma general, excepto en el caso de los empresarios irlandeses, preocupados por la depreciación de la libra y las relaciones comerciales futuras con el Reino Unido.
El cambio más significativo de las expectativas para 2019 de las empresas españolas es la menor importancia relativa que tiene el precio de la energía y las materias primas como factor que limita su actividad. Ha pasado de ser el tercer elemento más preocupante en 2018 a colocarse en el quinto puesto. Como se observa en el gráfico anterior, cabe destacar la mayor relevancia para las compañías españolas de la demanda nacional y, por el contrario, la menor preocupación que generan las condiciones de financiación. Por último, el Brexit no parece preocupar al tejido empresarial español, factor relevante solo para el 2,4% de las compañías.