“Las Cámaras de Comercio somos esenciales para contribuir a que España no pierda el tren de la cuarta revolución industrial. Tenemos que jugar el papel de impulsores de la transformación digital como ante lo fuimos, y lo seguimos siendo, de la internacionalización”. Así se ha manifestado José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España en el desayuno organizado por Nueva Economía Forum celebrado en Madrid, al que han asistido el vicepresidente primero de la Cámara de Comercio de Badajoz y secretario general de la CREEX, Francisco Javier Peinado, y la vicepresidenta segunda de la Cámara, Pilar Coslado.
Al iniciarse su segundo mandato como presidente de la Cámara de España, tras su reelección el pasado 12 de diciembre, Bonet ha detallado los ejes de la consolidación del nuevo sistema cameral. Las funciones de promoción económica y empresarial se desarrollan en una triple vertiente: digitalización, internacionalización y formación. “Las Cámaras de Comercio, con la Cámara de España al frente, hemos de constituirnos en agentes del cambio, del progreso y la modernización del país a través de la internacionalización de las empresas, de su adaptación a la globalización a través de la innovación, la transferencia tecnológica y la transformación digital del tejido productivo, particularmente de las pequeñas y medias empresas”, ha dicho.
Sobre el impulso a la transformación digital, Bonet ha señalado que “las Cámaras de Comercio debemos convertirnos en agentes primordiales para la transformación digital de las empresas españolas, particularmente de pymes y autónomos”. Este impulso se va a llevar a cabo a través de la estrategia España Empresa Digital. La digitalización como palanca de competitividad de la pyme, un documento elaborado por la Comisión Digitalización de la Cámara de España que propone medidas para favorecer dicha transformación. Un ejemplo es el programa de Incubadoras de Alta Tecnología de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio. Estas incubadoras “tienen como objetivo la transferencia tecnológica desde las instituciones punteras en I+D+i en España, y a nivel internacional, hasta las pymes”, ha recordado José Luis Bonet. Hasta el momento se han puesto en marcha once incubadoras de alta tecnología en toda España con una inversión de más de 18 millones de euros.
Internacionalización
Gran parte de los esfuerzos de la Cámara de España en los últimos cuatro años se han dedicado a favorecer e impulsar la internacionalización de las pymes españolas. Para los próximos cuatro, Bonet ha apuntado que “el reto consiste en concienciar a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas, de que la internacionalización no debe contemplarse solo como una salida coyuntura en momentos de crisis, sino como un cambio estructural que debe impregnar todas sus decisiones. Se trata de adaptarse a la globalización, que es una realidad”.
En este sentido, la colaboración con CEOE y el ICEX seguirá siendo fundamental: “constituye un valioso instrumento de cooperación público-privada al servicio de la internacionalización de las empresas españolas”. En particular, el presidente de la Cámara de España ha apuntado el empeño en profundizar las relaciones empresariales con América Latina, “contribuyendo así a reforzar el papel preponderante de España como puente entre Europa y Latinoamérica”.
Formación
Mejorar la competitividad e internacionalización de las empresas pasa, ha señalado José Luis Bonet, por la mejora de la educación en todos los niveles. Para ello, la Cámara de España promueve la educación en valores, tratará de reforzar la relación entre la Universidad y la empresa y fortalecerá sus programas de formación, para, de esa manera, reducir la tasa de paro juvenil. “Y de manera prioritaria fomentando la Formación Profesional, particularmente la modalidad dual y en especialentre las pymes. España convive con la paradoja de tener medio millón de jóvenes en paro a la vez que las empresas encuentran problemas para cubrir entre 300.000 y 500.000 empleos. La economía española necesita vincular estrechamente al sistema educativo con las necesidades competenciales que las empresas buscan en el mercado de trabajo”.
Las Cámaras, vertebradoras de España
Para José Luis Bonet, los tres objetivos anteriores son claves de la acción cameral para favorecer la competitividad de las empresas, pero existe otra misión esencial de las Cámaras de Comercio: el fortalecimiento y la vertebración del país. “Tenemos que aprovechar la capilaridad del sistema cameral para trabajar en un proyecto de España en el que, frente a los movimientos separatistas y populistas se pongan en valor la unión, la cooperación y el trabajo conjunto, y los valores del sistema que han llevado a España al éxito: Constitución del 78, estado de derecho, estado del bienestar, economía social de mercado, monarquía y pertenencia a la Unión Europea”. Sobre esto, Bonet considera fundamental transmitir la importancia de estos valores a las generaciones más jóvenes que tomarán el relevo del liderazgo en nuestro país.
En su intervención, el presidente de la Cámara de España ha recordado los cambios que la ley de 2014 supuso la refundación de las Cámaras de Comercio y diseñó una Cámara de España que aglutina a las cámaras de comercio nacionales y en el exterior; las grandes empresas, las pymes y autónomos, las organizaciones empresariales y la Administración General del Estado. “Como corporación de derecho público que somos trabajamos en la defensa del interés general y con el objetivo de la prosperidad y el progreso de España a través de un crecimiento económico sostenido y sostenible que asegure la generación de riqueza y la creación de empleo”.
Bonet ha recordado que es “importante y urgente” que las Administraciones Públicas financien las funciones públicas que la ley asigna a las Cámaras de Comercio.
Una vez más, el presidente de la Cámara de España ha insistido en su defensa de la empresa “como piedra angular de nuestra vida social y económica y clave para la estabilidad de la misma” y ha asegurado que habrá que mejorar, perfeccionar y encauzar el sistema cameral para que sea capaz de hacer frente a desafíos globales” y, de esa manera, pueda contribuir a superar los retos “que posibiliten una economía más competitiva, inclusiva y sostenible y, por tanto, más próspera y con conciencia social “.
