El Consejo Económico y Social (CES) de Extremadura ha presentado su memoria correspondiente a 2018, en la que, según ha señalado la presidenta de la entidad, Mercedes Vaquera, se constata que Extremadura continúa la recuperación iniciada a partir de 2014, pero a un ritmo insuficiente para converger y para mejorar de manera real la situación socioeconómica. Como dato, en el año de referencia del documento la economía española creció un 2,6%, mientras la Comunidad Extremeña lo hizo al 2%.
En la presentación, a la que han asistido el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, así como representantes de la directiva de la CREEX, Vaquera ha insistido en la necesidad de políticas transversales en las áreas económicas y sociales, y una política fiscal diferenciada.
Cabe señalar que estas últimas cuestiones han sido avaladas por la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) incluyéndolas en su documento-propuesta ’13 Retos & 100 soluciones’. En esta línea, Pilar Coslado, representante de la CREEX en el CES incidió en que “la situación es difícil, pero tenemos confianza en las posibilidades de Extremadura, en su potencial en el marco de la nueva economía, si somos capaces de aprovechar el momento y si se nos trata con justicia”. Precisamente en el tema fiscal (y también en el de la inversión en infraestructuras), Coslado comentó: “justicia no es tratar a todos por igual, sino tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales, y aquí nos encontramos con que Extremadura presenta una desigualdad clara de partida en términos de industria, empleo, infraestructuras, telecomunicaciones, financiación, formación, demografía… cualquiera de los indicadores socioeconómicos que elijamos”.
Es por esta ‘desigualdad integral’ por la que la presidenta del CES ha explicado que las políticas puntuales no son suficientes, y que no se puede actuar en cada reto de forma aislada.
La memoria del CES comienza analizando el panorama económico en el que, además de un incremento del PIB inferior a la media, como ya se ha mencionado, se detectan desequilibrios importantes. Por sectores, cae el VAB del sector primario y crece el resto, especialmente la industria manufacturera y la construcción. En este último caso, Vaquera ha señalado que la bajada de tipos anunciada por las autoridades monetarias europeas facilitará las hipotecas y puede beneficiar a Extremadura.
En cuanto al transporte, el documento vuelve a constatar la necesidad de completar la red de autovías y también de acelerar las actuaciones para la red ferroviaria electrificada. Del mismo modo, se señala que hay que mejorar la red de distribución eléctrica, los costes de la energía para los extremeños, extender la fibra óptica a los municipios menores y, muy importante, el grado de ejecución de las inversiones de la Consejería de Economía e Infraestructuras, que en 2018 no llegó al 60%. Para colmo, Extremadura apenas recibió el 3,05% dela inversión estatal el pasado año y ocupa el noveno puesto en cuanto a ejecución de las inversiones previstas por el Estado, cuando debería ser región prioritaria por la desigualdad ya citada.
En términos de empleo, el saldo migratorio exterior es prácticamente neutro, y la población activa apenas ha variado. Eso sí, descendió el paro y creció un 1,18% la afiliación.
En el último capítulo, sobre calidad de vida y protección social se destacan las tasas de abandono escolar temprano, casi del 21% aún, y el incremento del índice de personas en riesgo de pobreza.
