23 millones de horas de trabajo perdidas por absentismo laboral en Extremadura durante 2018 o, lo que es lo mismo, el equivalente a que 13.000 trabajadores no hubiesen acudido ni un solo día en el año al trabajo, es decir, el 4,2% de los asalariados que hay en la región.
Estas cifras, preocupantes y que van al alza, han motivado que la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) haya solicitado medidas eficaces para combatir las ausencias al tajo, y sus graves efectos sobre las empresas y la economía extremeña. La principal propuesta es que las mutuas cuenten con más autoridad y competencias, puesto que, como razona el secretario general de CREEX, Javier Peinado, “si están preparadas y cualificadas para gestionar los accidentes laborales, ¿cómo no van a estarlo para gestionar los casos de enfermedad común?”, y añade: “no olvidemos que, pese a ser entidades sufragadas y dependientes orgánicamente de las empresas mutualistas, funcionalmente dependen de la Seguridad Social”.
Peinado, sin querer extenderse mucho en pormenorizar todos y cada uno de los perjuicios que el elevado absentismo provoca a las empresas, sí ha querido citar alguno como muestra. Así, ha apuntado que la Seguridad Social solo sufraga el 60% de la incapacidad temporal a partir del décimo quinto día de baja, “pero la mayoría de convenios colectivos garantiza un complemento hasta el 100%, por lo que la empresa tiene que aportar el 40% adicional de sus recursos propios, además de las cotizaciones sociales”.
Asimismo, ha explicado que el absentismo es un problema que tiene mucho mayor impacto en zonas como Extremadura, por la estructura de su tejido productivo. “Todos los efectos se multiplican en el caso de micropymes y autónomos, donde a los costes extraordinarios se suma el hecho de que están obligadas a mantener el nivel de actividad con uno o dos trabajadores menos, en plantillas que de media no superan los cinco empleados. Es decir, un impacto sobre el proceso productivo muy significativo, ya que no es lo mismo que falte uno de cinco que uno de cincuenta o cien”.
CONCIENCIAR A LOS MÉDICOS
Evidentemente, el problema del elevado absentismo no es exclusivo de Extremadura, sino que se da a nivel nacional. Según los últimos datos, recogidos por el diario Expansión, durante el pasado el absentismo supuso un coste directo para las empresas españolas de casi 7.000 millones de euros. Como media, cada asalariado faltó 86,7 horas al trabajo, lo que equivaldría a que 753.000 trabajadores en España no hubiesen acudido a trabajar ni un solo día.
Por ello, la CEOE está planteando una campaña informativa para explicar a los médicos de familia el impacto económico de las bajas laborales, especialmente en lo que se refiere a contingencias comunes de corta duración.
Además, esta entidad estudia trasladar al Gobierno una reforma normativa en aspectos como que el médico tenga la posibilidad de unificar en un solo acto la baja y el alta de menos de cinco días, ya que esto, de entrada, garantiza al trabajador que puede faltar cinco jornadas, aunque se haya curado en menos tiempo. Otra cuestión que se quiere eliminar es que el empresario tenga que pagar la prestación de incapacidad temporal por enfermedad común desde el cuarto hasta el décimo quinto día de baja, lo que CEOE considera una penalización injusta, ya que ha de pagar una indemnización cuyo riesgo ya se ha asegurado antes mediante el pago de la correspondiente cuota social.