El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha compartido la visión de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX), sobre el efecto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en la destrucción de empleo en territorios como Extremadura, “algo que ya venía advirtiendo la Confederación desde que se hizo la subida del 23% en el 2019”.
“Por desgracia teníamos razón cuando manifestábamos que era una barbaridad esta subida del SMI, marcada a base de decretazo, sin el debido análisis y acuerdo en el ámbito del diálogo social” ha explicado Javier Peinado, secretario general de la CREEX, para añadir: “igualmente, el presidente de la Junta alude a algo que ya veníamos reclamando desde la Confederación: la necesidad de medidas específicas para mitigar el impacto del incremento exagerado de los costes laborales en ciertos sectores, como el agroganadero y el de servicios, que tienen un peso muy importante en la economía productiva extremeña”.
Peinado ha hecho referencia a la difusión en medios de comunicación nacionales de las palabras de Fernández Vara, “que es la línea que veníamos exigiendo, en el sentido de que algo hay que hacer para que estas subidas del SMI no perjudiquen, o perjudiquen lo menos posible, el equilibrio de la productividad y, por ende, la competitividad de las empresas”.
SOLIDARIDAD INTERREGIONAL Y SOCIAL
Preguntado por esta cuestión en Radio Nacional de España, el secretario general de la CREEX ha reiterado que los datos “nos han dado de frente con la realidad, que ya veíamos venir cuando un Gobierno nacional, con nocturnidad y alevosía, si se me permite, decidió subir de este modo el SMI, incrementando en 23 puntos, no ya lo que percibe el trabajador, sino el coste laboral en sí”.
Según ha asegurado, esta subida superaba lo contemplado en algunos convenios colectivos “lo que llevaba inevitablemente a más paro o creación de menos empleo en los sectores primario y terciario, puesto que al lastrarse la productividad del factor trabajo y frenarse la competitividad, las empresas se ven abocadas a suprimir empleos o no crearlos si quieren sobrevivir”.
En cuanto a un posible trato diferenciado para la región extremeña, Javier Peinado ha incidido en que para intentar corregir la situación “más que actuar en territorios se ha de actuar en sectores productivos, como la agricultura, ganadería, dependencia, seguridad, limpieza, etcétera, donde debería haberse articulado un periodo transitorio, de adaptación. No es casualidad que los territorios más castigados sean Castilla-La Mancha y Extremadura, y eso no es por ser Castilla-La Mancha o Extremadura, sino por el mayor peso en sus economías de los sectores que se han visto más castigados por la subida del SMI”.
Como dato, el secretario general de la CREEX ha aludido, por ejemplo que casi la mitad del paro generado en Extremadura en el cuarto trimestre “el peor de un año en el que progresivamente la subida fue lastrando el empleo” se haya dado en la agricultura. Además, ha recordado que ya el propio secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados, reconoció que la subida había hecho que 13.000 empleadas del hogar pasasen a la economía sumergida. “En el campo habrá pasado algo similar: unos han pasado al ‘lado oscuro’ y otro, directamente, a la cola del paro”, ha explicado.
Por lo que se refiere a medidas para conciliar mayores sueldos con generación de empleo, Peinado ha asegurado que es hora de sentarse “para ver qué modelo de país queremos, el de que unos vayan siempre en cabeza y alejándose cada vez más o el de que todos podamos avanzar y recortar desigualdades”. Esta última opción pasaría, según ha señalado, por la solidaridad interterritorial y entre personas. “Hay territorios como Extremadura que claramente parten con desventaja, en infraestructuras, en inversiones, en configuración de su tejido productivo, y lo primero sería una diferenciación positiva a esos territorios, dotándoles de herramientas diferentes y específicas, en cuestiones como fiscalidad, inversiones, infraestructuras, planes especiales de empleo y formación. Ese es el dilema: ¿dejamos que la brecha entre los que van delante y los que van detrás se abra cada vez más o ponemos medidas para igualarnos y que todos tengamos las mismas oportunidades”.