La economía extremeña caerá un 8,8 % en 2020 debido al impacto del COVID-19, siete décimas menos que la media española, según las estimaciones de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas). Paradójicamente, cuanto más débil sea la estructura productiva de un territorio, menor será el impacto de la crisis, siempre y cuando el turismo no represente una actividad predominante, ha explicado Funcas.
Es decir, los territorios menos perjudicados serán los que tienen un peso elevado de las administraciones públicas -que generalmente implica un tejido productivo escaso respecto a actividades-, así como las regiones con una industria de menor contenido tecnológico o menos orientada a las exportaciones y con una mayor presencia del sector primario.
A la vista de estos datos, el Secretario General de la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX), Javier Peinado, ha señalado: “magro consuelo es que nuestro PIB caiga siete décimas menos que la media debido a nuestra debilidad estructural, y teniendo en cuenta que el PIB per cápita en Extremadura está 30 puntos por debajo de la media española”. Además, Peinado ha explicado que, por encima de comparativas con otros territorios, “hay dos hechos relevantes. El primero es que una caída del PIB cercana al 9% tiene un impacto brutal en la actividad productiva y el empleo, y el segundo es que Extremadura, por la configuración de su tejido productivo, tarda más en recuperarse”.
Por eso, el dirigente de la organización más representativa del empresariado extremeño ha reiterado su demanda de un tratamiento singular para Extremadura, que le permita recortar distancias con la media y configurar un modelo productivo más resistente a los embates de los vaivenes económicos. Dicho tratamiento pasaría por la dotación de infraestructuras de comunicaciones “que nos sitúen en pie de igualdad”, apoyos a la transformación digital, instrumentos fiscales y normativos para atraer inversiones foráneas y propiciar inversiones autóctonas, ayudas al desarrollo de la agroindustria, formación para el empleo, impulso al turismo o la consideración de la ruralidad como un valor a desarrollar “porque para que la oportunidad que ahora se abre en este campo sea una realidad debe venir respaldada por mejoras en las dotaciones de infraestructuras y servicios, que permitan el asentamiento de iniciativas empresariales en nuestros pueblos, o terminarán cerrando”.
AFECTACIÓN DESIGUAL
Todas las comunidades autónomas se han visto afectadas por la pandemia, si bien el impacto territorial ha sido desigual puesto que depende de la dinámica sectorial y la crisis no ha afectado en la misma medida a todos los sectores, ha indicado Funcas. Las comunidades autónomas que se verán más afectadas por la crisis económica derivada de la COVID-19 serán Baleares, Canarias, Cataluña y Madrid, con una caída estimada del PIB del 11,3 % en 2020.
Aragón, Asturias, Cantabria, Comunidad Valencia, Galicia, Murcia, Navarra y País Vasco registrarán una recesión del 9,6 %, en línea con la media nacional. La crisis tiene un impacto territorial desigual porque no ha afectado de la misma manera a todos los sectores, ya que los servicios de mercado han sufrido más que la industria, los servicios de no mercado o la agricultura.
La actividades más afectadas son la hostelería, el comercio, el transporte y las actividades recreativas y artísticas, así como las industrias del automóvil, el textil y el cuero y calzado.
Por el contrario, registran un menor impacto la sanidad, la educación, la industria alimentaria, la farmacéutica y química, y el sector primario.